domingo, 19 de diciembre de 2010

La Materia Oscura - El Catalejo Lacado - Las Arpías.

De vez en cuando oían el áspero croar de las ranas o la protesta de un anfibio al que había importunado, pero la única criatura que vieron fue un sapo del tamaño del pie de Will que estaba tumbado de costado, resollando de dolor, como si estuviera gravemente herido.

Yacía atravesado en el camino, tratando de huir y mirándolos como si supiera que le iban a lastimar.

- Si lo matamos le haríamos un favor – dijo Tialys.

- ¿Y tú que sabes? – replicó Lyra -. Quizá quiera seguir vivo pese a su estado.

- Si lo matamos, lo llevaríamos con nosotros – terció Will -. He matado a muchos animales vivos y sé que éste quiere quedarse aquí. Hasta un inmundo charco de lodo es preferible a estar muerto.

- Pero ¿Y si sufre? – Insistió Tialys.

- Si pudiera decírnoslo, lo sabríamos. Pero como no puede, no voy a matarlo. Eso sería anteponer nuestros sentimientos a los del sapo.


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