domingo, 8 de mayo de 2011

Fotos varias!

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Estás cosas pasan cuando te compras una cámara digital.

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martes, 3 de mayo de 2011

Desmond Wood I - Soy

Está despertando – dijo la voz aguda seriamente – creo que deberías sedarlo nuevamente.
– …No te entrometas….–dijo el muchacho de negro – es momento que te vayas, ya no tienes nada que hacer en estos lugares.
– Pero me necesitas para cuando termines –Responde el pequeño hombre de sombrero azul, con su peculiar voz chillona.
–Ya tienes lo que deseas, ahora veté –ordena el muchacho sin mostrar gestos en su pálido rostro, mientras miraba fijamente al pequeño hombre, el cual comenzaba a sentir como el miedo escalaba por su espalda.
La habitación era de piedra, ubicada en un edificio que fue abandonado hace un par de décadas. Ni las carretas ni la guardia nocturna pasa por aquellas calles durante la noche, ya que ni los mismos ladrones acostumbran escabullirse por aquellos sectores.
Luego de unos segundos de silencio, el pequeño hombre, se aleja del edificio para nunca más volver, y dentro de esta se encuentra aquel muchacho de negro, piel pálida y contextura delgada, pero fuerte. Junto a él hay un hombre que aparenta físicamente a tener un buen estado económico, empapado en sudor, amarrado desnudo de pies y manos contra una silla clavada al suelo.
Oh, mi señor, sal…–Intentó proclamar al cielo el inquisidor, el cual fue callado de un golpe en su rostro – ¡Me has quebrado la nariz!
– no hagas ruido con tus plegarias insignificantes, en este minuto eso no te servirá de nada, es más, si me eres útil acabaré contigo rápidamente.
–pe… pero yo no he hecho nada malo en mi vi…–Es callado nuevamente el sacerdote, pero esta vez con un corte en su rostro.
– ¡Aparte de matar a personas inocentes por no ser iguales a ti!
– Son gente poseídas por el demonio, deben morir porque solo traen mal a Gaia.
– Dime donde está – Exige el muchacho más serio que enojado.
– ¿Quién? –Pregunta asustado a pesar de estar entrenado para este tipo de situaciones– ¿a quién estás buscando?...tengo contactos, dinero… ¡Sea quien sea puedo ayudarte a encontrarlo!
Hubo un par de minutos de silencio en la habitación, el muchacho se quedo pensando mirando fijamente al creyente, el cual le costaba respirar solo por sentir la presencia de aquel misterioso muchacho, de no más de 16 años. Fue cuando el muchacho se acercó a la mesa donde se encontraban una serie de armas y la ropa del sacerdote.
–No tomes esas dagas… una maldición sobre ti caerá si las tocas… nunca podrás blandir otras armas aparte de esas dos dagas dobles – Advirtió el sacerdote, mientras desapercibidamente alguien los observaba por la ventana.
– No me extraña que la iglesia trabaje con maldiciones a estas alturas… Simon Wood, es el en nombre de mi hermano ¡es tan solo un niño de 11 años! – Dice con una mirada intimidatoria mientras apretaba con una mano el cuello de su prisionero – Sé que lo conoces, Lord Askul, sé que trabajó para ti.
Fue cuando un hombre enmascarado entra rápidamente por la ventana el cual arroja dos dagas a toda la velocidad contra el muchacho. De manera ineficiente el sacerdote aprovecha la distracción para intentar zafarse, pero le es imposible. El muchacho reacciona ferozmente, salta hacia atrás con una agilidad sobrehumana y queda en cuclillas sobre la mesa. Fue cuando toma las dagas dobles del sacerdote y observa como otro par de dagas se acerca volando hacia él.
Esquiva una daga y la otra la golpea con la de una de sus manos, y sin mayor dificultad corre contra el enmascarado y de un salto y unos movimientos suaves, hace unos cortes profundos en ambos brazos y el pecho de su nueva víctima Quedando extrañamente, al mismo tiempo, de cabeza. Lord Askul quedó perplejo al ver al muchacho con sus pies pegados al techo rodeado de sombras que parecían sujetarlo, permitiéndole mantenerse con los pies en el techo.
Su pelo despeinado caía naturalmente y sus ojos radiaban odio puro. Parecía estar acostumbrado a encontrarse en aquella posición.
– ¿Quién eres tu? – gritó llorando Lord Askul, viendo su cuerpo empapado en la sangre de quien hubiera sido su salvador.
– Soy Desmond Wood…