Bueno, ya ha pasado mucho tiempo desde que escribí por última vez, pero adivinen queridos lectores (es decir…yo) tengo un teclado nuevo, el cual me salió muy barato en el Totus y es muy rico y suavecito. He ahí la foto.
Qué cosas nuevas cuento: la verdad muchas que quizás podría estar escribiendo todo el día, pero lo más simple es explicar que después de 6 meses de marchas, asambleas, ampliados estudiantiles, todo por intentar seguir el ideal de lograr acá en Chile una educación de Calidad, no hemos logrado nada de lo esperado, es por lo cual los estudiantes se cansaron de “luchar” (Como lo llaman alguno como si fuera una guerra) y finalmente terminamos volviendo a clases a finales del año, lo que implica que en el momento que originalmente debería estar de vacaciones estaré en una sala, cagado de calor, respondiendo una prueba de mierda donde la materia me la explicaron de manera muy comprimida para poder comenzar el siguiente semestre lo más rápido posible.
Después de haber tenido que dejar algunos principios de lado para poder defender otros, me di cuenta que si no hubiera sido por las movilizaciones estudiantiles no me hubiera dado el tiempo de conocer a la maravillosa mujer que se encuentra en este minuto a mi lado, logré en poco tiempo aprender bastante de su forma de ser, cosa que en los años anteriores nunca hubiera pensando que sería tan increíble.
Ahora ya se acerca Navidad y Año nuevo y por su puesto tengo pruebas y laboratorios de programación que entregar entre esas dos fechas, por lo cual tengo que viajar a Chillán a ver mis padres y volverme lo más rápido posible para alcanzar a responder una prueba que al parecer no se ve muy fácil.
Pero bueno, lo interesante es que en este año, aunque nada ha salido como realmente lo he esperado, ha sido increíble y es momento de comenzar a despedirlo con una sonrisa, y pensar que las cosas malas que ocurrieron quedaron en el pasado y las cosas buenas quedaron en mi corazón y algunas en mi hígado.
